El 22 de junio de 1941, aún sin doblegar a Inglaterra, tres millones de soldados alemanes atacaron la Unión Soviética, rompiendo el pacto de no agresión que Hitler había firmado con Stalin dos años antes. Esta invasión, llamada Operación Barbarroja, cuya duración se estimaba en unos pocos meses, incautó grandes cantidades de territorio, incluidos los Estados Bálticos, Bielorrusia, y Ucrania. También rodearon y destruyeron muchas fuerzas soviéticas. Pero los alemanes debido al atraso de cuatro meses por las operaciones en Grecia y Yugoslavia, no consiguieron llegar a Moscú en diciembre de 1941 por la llegada anticipada del invierno ruso con temperaturas de hasta -50 °C (el más duro en 50 años) unido a la feroz resistencia soviética reforzadas con tropas siberianas especialmente adaptadas a condiciones extremas del entonces general Zhukov. La invasión no había logrado el triunfo rápido que Hitler quería.
Hitler firmó la declaración de guerra contra los Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941, cuatro días después del ataque del Imperio del Japón a Pearl Harbor, Hawaii. Muchos historiadores y revisionistas consideran este paso un grave error táctico y político, pues logra así en su contra, una coalición que incluía el imperio más grande del mundo (el Imperio británico), el más grande del mundo industrial y financiero (los Estados Unidos), y el ejército más grande del mundo (la Unión Soviética).
A finales de 1942, las fuerzas alemanas fueron derrotadas en la Segunda Batalla de El Alamein, frustrando los planes de Hitler para aprovechar el Canal de Suez y el Oriente Medio. En febrero de 1943, la titánica batalla de Stalingrado acabó con el cerco y la destrucción del 6 º Ejército alemán. Poco después llegó la gigantesca Batalla de Kursk (1.300.000 rusos, 3.600 tanques, 20.000 piezas de artillería y 2.400 aviones, frente a 900.000 alemanes, 2.700 tanques, 2.000 aviones).
Desde Stalingrado, el plan militar de Hitler se volvió cada vez más errático, los rusos comenzaron a avanzar obligando a la retirada de fuerzas alemanas extenuadas y la situación económica interna en Alemania se deterioró.
Después de la invasión aliada de Italia (Operación Husky) ,en 1943, el aliado de Hitler, Mussolini, fue depuesto por Pietro Badoglio, que se rindió a los Aliados. A lo largo de 1943 y 1944, la Unión Soviética constantemente forzó a los ejércitos de Hitler a retroceder a lo largo del Frente Oriental. El 6 de junio de 1944, los ejércitos occidentales aliados desembarcaron en el norte de Francia en lo que fue la operación anfibia más grande jamás realizada, la Operación Overlord (Batalla de Normandía)
En el ejército alemán, los más realistas sabían que la derrota era inevitable, y algunos oficiales dibujan un plan para deponer a Hitler del poder. En julio de 1944, uno de ellos, el ex-oficial de observación de artillería del mariscal Erwin Rommel, Claus von Stauffenberg coloca una bomba plantada en uno de los cuarteles generales de Hitler, la Wolfsschanze (La Guarida del Lobo), en Rastenburg, pero sin conseguir acabar con Hitler, este intento es uno de los atentados contra Hitler que estuvo más cerca de tener éxito.
Éste ordenó salvajes represalias, y una persecución implacable por parte de las SS lo que resulta en la ejecución de más de 4.900 personas, a veces por inanición en régimen de aislamiento seguido por estrangulación lenta. El principal movimiento de resistencia fue destruido, aunque pequeños grupos aislados siguieron funcionando. La lista de personajes que cayeron es extensa y se pueden citar a Wilhem Canaris, Friedrich Fromm y Erwin Rommel, entre otros.
El atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944 le dejó secuelas progresivas que lentamente fueron afectando su raciocinio, desenvolvimiento y dominio de la situación.
Hitler también experimentó un deterioro de la salud. Su mano izquierda temblaba; el biógrafo Ian Kershaw y otros creen que puede haber sufrido de la enfermedad de Parkinson. También se ha sospechado, por alguno de los síntomas, que pudo haber padecido sífilis, aunque las evidencias en favor de ello son mínimas.
FUENTE: http://es.wikipedia.org
Hitler firmó la declaración de guerra contra los Estados Unidos el 11 de diciembre de 1941, cuatro días después del ataque del Imperio del Japón a Pearl Harbor, Hawaii. Muchos historiadores y revisionistas consideran este paso un grave error táctico y político, pues logra así en su contra, una coalición que incluía el imperio más grande del mundo (el Imperio británico), el más grande del mundo industrial y financiero (los Estados Unidos), y el ejército más grande del mundo (la Unión Soviética).
A finales de 1942, las fuerzas alemanas fueron derrotadas en la Segunda Batalla de El Alamein, frustrando los planes de Hitler para aprovechar el Canal de Suez y el Oriente Medio. En febrero de 1943, la titánica batalla de Stalingrado acabó con el cerco y la destrucción del 6 º Ejército alemán. Poco después llegó la gigantesca Batalla de Kursk (1.300.000 rusos, 3.600 tanques, 20.000 piezas de artillería y 2.400 aviones, frente a 900.000 alemanes, 2.700 tanques, 2.000 aviones).
Desde Stalingrado, el plan militar de Hitler se volvió cada vez más errático, los rusos comenzaron a avanzar obligando a la retirada de fuerzas alemanas extenuadas y la situación económica interna en Alemania se deterioró.
Después de la invasión aliada de Italia (Operación Husky) ,en 1943, el aliado de Hitler, Mussolini, fue depuesto por Pietro Badoglio, que se rindió a los Aliados. A lo largo de 1943 y 1944, la Unión Soviética constantemente forzó a los ejércitos de Hitler a retroceder a lo largo del Frente Oriental. El 6 de junio de 1944, los ejércitos occidentales aliados desembarcaron en el norte de Francia en lo que fue la operación anfibia más grande jamás realizada, la Operación Overlord (Batalla de Normandía)
En el ejército alemán, los más realistas sabían que la derrota era inevitable, y algunos oficiales dibujan un plan para deponer a Hitler del poder. En julio de 1944, uno de ellos, el ex-oficial de observación de artillería del mariscal Erwin Rommel, Claus von Stauffenberg coloca una bomba plantada en uno de los cuarteles generales de Hitler, la Wolfsschanze (La Guarida del Lobo), en Rastenburg, pero sin conseguir acabar con Hitler, este intento es uno de los atentados contra Hitler que estuvo más cerca de tener éxito.
Éste ordenó salvajes represalias, y una persecución implacable por parte de las SS lo que resulta en la ejecución de más de 4.900 personas, a veces por inanición en régimen de aislamiento seguido por estrangulación lenta. El principal movimiento de resistencia fue destruido, aunque pequeños grupos aislados siguieron funcionando. La lista de personajes que cayeron es extensa y se pueden citar a Wilhem Canaris, Friedrich Fromm y Erwin Rommel, entre otros.
El atentado contra Hitler el 20 de julio de 1944 le dejó secuelas progresivas que lentamente fueron afectando su raciocinio, desenvolvimiento y dominio de la situación.
Hitler también experimentó un deterioro de la salud. Su mano izquierda temblaba; el biógrafo Ian Kershaw y otros creen que puede haber sufrido de la enfermedad de Parkinson. También se ha sospechado, por alguno de los síntomas, que pudo haber padecido sífilis, aunque las evidencias en favor de ello son mínimas.
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