martes, 17 de noviembre de 2009

EL ORIGEN DE ALGUNAS EXPRESIONES POPULARES


Más de una vez utilizamos expresiones tales como: "Me lo contó un pajarito", "Me salvé por un pelo", "Estás en babia", etc. Pero, ¿sabemos realmente el origen o significado de estas expresiones?

"Pasarse de la raya"

Esta expresión se remonta a inicios del boxeo cuando este deporte no contaba con un cuadrilátero para disputar las peleas. Existían dos modos para que los boxeadores se midieran, el primero de ellos consistía en marcar una raya de tiza en el suelo, así los dos contrincantes quedaban de uno y otro lado, es decir, de frente.Además los dos contendientes debían poner un pie adelantado en la tiza, no debían moverlo, y mucho menos traspasar su pie de la ‘raya’. Era una pelea casi estática. De modo que si uno de los contendientes se pasaba de la raya (de tiza), perdía la pelea.La segunda modalidad consistía en que los boxeadores combatieran dentro de un anillo o círculo –ring en inglés– pintado con tiza o conformado por los propios espectadores.


"Me lo contó un pajarito"
En Grecia y Roma, sobretodo en la última, se creía que los pájaros, al ser dueños del vuelo, poseían características magnificas de percepción. Como con el tiempo comenzaron a ver que ante una tormenta severa las aves eran las primeras en evacuar la región, los romanos, las designaron como portadoras del saber futuro. De Aquí viene que el dicho “me lo contó un pajarito” signifique que nos enteramos de algo “misteriosamente”.

"Tirar la casa por la ventana"
En el siglo 19, cuando alguien ganaba la Lotería Nacional de España se estilaba a que los amigos y familiares del afortunado fueran a su casa y, literalmente, arrojaran todas sus posesiones por la ventana. Esto en señal de la nueva vida de dicha persona.

"Estar en babia"
Babia es una región de España a la que durante la Edad Media los reyes de León y Asturias se retiraban a descansar. Desde entonces se usa la expresión para indicar que alguién está ausente o distraido.

"Salvarse por un pelo"
En tiempos remotos, el oficio de marino no hacía descontar -como en la actualidad- que este profesional supiera nadar; más aún, había muchos hombres de mar que no podían siquiera mantenerse a flote en caso de naufragio debido a que la capacidad de nadar no era una condición "sine qua non" para ingresar como tripulante.
Por lo tanto, los marineros, cuando caían al agua, generalmente eran agarrados y subidos de los pelos. Por esta razón solían dejarse el cabello lo más largo posible, el cual, al hundirse el cuerpo, quedaba flotando y era un excelente punto de agarre.
De ahí que, cuando un día el jefe de cierto cuerpo de la Armada, quizá guiado por razones puramente higiénicas, dio orden de rapar la cabeza de todos sus hombres, estos se alzaron en clamor de protesta y rebeldía, llegando incluso a la superioridad, alegando que la medida atentaba contra su vida, debido a que de esa manera se les privaba, en caso de naufragio, de una forma de asidero, dado que muchas veces eran salvados de una muerte segura al ser tomados de los largos pelos de su cabeza. Este pedido formulado por los marinos fue curiosamente atendido por los superiores que, a través de una Real Orden expedida en 1809, decretaron la caducidad de la medida de exigir el pelo corto a los marinos. En la actualidad, la expresión salvarse por un pelo es usada para dar a entender que alguien logra salir de un apuro extremo, justo en el último momento.

"Brilla por su ausencia"
En los funerales Romanos se solía exhibir las efigies de los antepasados como señal del linaje. Durante la honra fúnebre a Junia -la cual era familiar de dos de los conspiradores que asesinaron a César: Casio y Bruto- las efigies de éstos dos asesinos no estaban presentes haciendo gala por su ausencia, algo que los concurrentes notarían rápidamente y sería el tema reinante entre los murmuros y chimentos del funeral. Utilizando esto como referencia en uno de sus trabajos, el poeta André de Chenier pondría esta frase de moda mas de mil años y unos cuantos siglos después.

"Pongo las manos en el fuego"
En los antiguos pueblos paganos de la Germania existía la costumbre de realizar juicios ante los dioses cuando surgía un litigio entre dos personas. Una de las formas más comunes de ver si ésta persona estaba siendo sincera era ponerle un fierro caliente en sus manos, o alguna otra parte del cuerpo. Si la persona salía corriendo significaba ser culpable.

"Hay gato encerrado"
“Existe una causa o razón oculta o secreta, o manejos ocultos”. Un gato, además de un felino, es una bolsa en la que antaño se guardaba el dinero y que solía encerrarse, esconderse u ocultarse para evitar robos.

"Meterse en camisa de once varas"
“Meterse en problemas o dificultades”. En la Edad Media, el ritual de adopción implicaba meter al hijo por la manga de una camisa y sacarlo por el cuello; y, como medida de longitud, la vara tiene un valor entre 768 y 912 milímetros. Por eso, alguien que se mete en camisa de once varas se está embarcando en algo que le viene grande.

"No hay tu tía"
Falsa separación de “no hay tutía”, se usa “para dar a entender a alguien que no debe tener esperanza de conseguir lo que desea o de evitar lo que teme”. La tutía o atutía es en realidad un remedio, una medicina hecha con óxido de cinc y otras sales metálicas con la que antiguamente se aliviaban las dolencias oculares.

"Dormirse en los laureles"
En Roma, cuando se coronaba a un general, pretor o cónsul tras una victoria se le festejaba un Triunfo. Como símbolo de gloria se le colocaban guirnaldas de laureles. Sin embargo, éstos debían agachar levemente su cabeza, por lo que daba la impresión de estar descansando sobre los laureles de la gloria.
Pero si después de haber conseguido el triunfo y el reconocimiento general con la corona de laurel, la persona dejaba de trabajar y esforzarse se decía que se “dormía en los laureles”.


"Para el lado de los tomates"
La planta de tomates es un vegetal muy problemático para los horticultores. Esta suele contaminarse con todo tipo de hongos y parásitos que, si no son tratados a tiempo, no sólo matan a los tomatales sino que además al resto de las plantas sembradas. Razón suficiente para que los horticultores las planten bien alejadas del resto de las plantas. Es por esto que decir “se fue para el lado de los tomates” significa algo así como decir que se fue muy lejos del significado real.

"Vérselas negra"
Cuando se ocupaba un cargo público en la Grecia pre-edad Dorada, los ciudadanos debían recurrir a un llamativo sistema de elección al azar. Metían la mano en una bolsa y sacaban de ella un pedazo pintado de madera: la mayoría de los pedazos eran negros mientras que algunos, los que representaban ser elegido, eran blancos. De aquí viene la expresión.

"El chivo expiatorio"
la expresión viene del mundo antiguo y se refiere a una práctica ritual de los antiguos Judíos. En ella el rabino elegía dos machos cabríos de un rebaño y, echándolo a la suerte, escogía a uno de éstos dos para ser sacrificado. Como dejarlo a la suerte infería una participación divina se asumía entonces que éste chivo era el elegido para llevarse consigo los pecados del pueblo. De Aquí viene el “ser el chivo expiatorio” cuando a alguien se le adjudican culpas ajenas.

"Empezar con el pie derecho"
En los rituales paganos, al subir el altar era norma dar el primer paso largo y con la pierna derecha. Esto significaba un buen augurio y marcaba que los Dioses estarían a favor de los concurrentes.

"Tener sangre azul"
Esta expresión tan popular que hemos oído tantísimas veces, era empleada por las familias nobles de Castilla para proclamar que no tenían antecedentes moriscos ni judíos. Probablemente, debido a que las venas de las personas de tez blanca y delicada parecían tener color azul, la expresión pasó a definir por antonomasia a los aristócratas.

"Cargar con el muerto
"

En varios territorios de la época medieval existía una ley que dictaba que cuando no se podía hallar al asesino de un cadáver encontrado, los pobladores del pueblo al que pertenecía dicha persona debían pagar una multa conjunta. Como a nadie, sea la época que sea, le gusta pagar impuestos… los pobladores al encontrar un cadáver se apuraban a cargarlo, y de común acuerdo, transportarlo y arrojarlo en un poblado vecino para salvarse de la multa.

"Salir con un domingo siete"
Hacer o decir algo disparatado, inesperado, ser un aguafiestas sin proponérselo. En México y otros países hispanoamericanos, alude a la historia de unas brujas que se divertían cantando aquéllo de "lunes, martes y miércoles, tres. Jueves, viernes y sábado, seis". Cuando un testigo del aquelarre de brujas dijo "domingo siete", desató su furia y fue castigado por haber "arruinado" la canción. El mismo cuento aparece, con variantes, en todo el mundo, desde Arabia hasta Irlanda.

"Se armó la gorda"
Estalló un conflicto que se veía venir, que estaba latente. La frase alude a un golpe militar que destronó en setiembre de 1868 a la reina Isabel II de España, obligándola a irse a París. Claro que el golpe fue muy anunciado, con varias revueltas de marinos y artilleros, en Cádiz y Madrid. Ante cada revuelta, los humoristas madrileños decían "se va a armar la Gorda". Hasta que realmente se armó. Los militares insistieron en que su golpe era "La Gloriosa", pero popularmente quedó bautizada como La Gorda.

"A troche y moche
"
Gastar alocadamente, despilfarrar. El origen está en la cultura de los leñadores, donde se habla de "hachar a troche y moche", es decir, talar bosques naturales sin pensar en el futuro. Viene de los verbos "trocear" y "mochar".

"Esto es un viva la pepa"

A gozar, que viva la fiesta. Entre nosotros, alude además a una situación sin arreglo, donde lo más adecuado es adaptarse. Originalmente se refiere a los hechos del 19 de marzo de 1812 en España, cuando se sancionó la constitución liberal en Cádiz, conocida como La Pepa. Se creía que el rey Fernando VII la aceptaría, por eso decir "viva la Pepa" era el grito de batalla de los liberales y anticlericales en esa época.

"No es moco de pavo"

No subestimar una cuestión, aunque parezca fácil a primera vista. Hacia 1890 o aún antes, en la época en que se usaban relojes de bolsillo con cadena, los ladrones españoles decían que el "pavo" era la víctima y el "moco" —aludiendo a la carne que cuelga del pico del animal— era la cadena del reloj. La frase se hizo metáfora.

"Pisar el palito"
Caer en una trampa ideada por otros. Para cazar pájaros se usa una jaula con mucho alpiste y un pájaro cautivo, el "llamador", que atrae con su canto. La puerta se sostiene con un "palito", que cae y cierra la jaula cuando entra la presa. También se refiere a una danza picaresca parecida al fandango, "el baile del palito", prohibido en Buenos Aires en el siglo XVIII.

"La chancha y los veinte"
Pretender todas las ventajas para sí mismo, en un negocio o en el trato cotidiano con los demás. Es una expresión criolla y muy de campo, originada en el mundo de los matarifes, criadores y vendedores de ganado. Originalmente se decía que el fulano en cuestión quería quedarse "con el chancho, la chancha y los veinte lechones". Por extensión, "hacer una chanchada" es negociar de una manera miserable, desleal para con los otros.

"Ser un atorrante"
Ser un vago, alguien que vive al día y sin trabajar. Cuando se construyeron las primeras cloacas modernas en Buenos Aires, a fines del siglo XIX, se usaron enormes caños cuyo fabricante era un tal "A. Torrant". Eran el refugio elegido por los mendigos para dormir.

"Tener un corso a contramano"

Estar muy confundido, al borde de la locura. Los corsos que incluyen comparsas, mascaradas, bailes y otros juegos durante los tres días del Carnaval, florecieron en Buenos Aires desde los tiempos coloniales. Pero "tener un corso a contramano en la cabeza" ya es otra cosa, algo que nos viene del italiano y el lunfardo.

"El que se fue a Sevilla, perdió su silla"
Es un llamado a no descuidarse, porque se corre el riesgo de perder una posición social o un bien. Se cuenta que en tiempos de la reina Isabel la Católica, el obispo de Sevilla don Alfonso de Fonseca debió viajar a Galicia para resolver temas de la Corona española. Dejó en el cargo a un sobrino, pero cuando el obispo Fonseca regresó de su viaje, éste se negó a devolvérselo.

"Tener buena onda"
Sentir simpatía hacia alguien. A primera vista podría creerse que la expresión viene de la contracultura hippie, pero en realidad las "ondas" se refieren a la teoría del magnetismo animal, relacionada con la sugestión y la hipnosis. En la Europa del siglo XVIII el médico austríaco Franz Mesmer alcanzó gran éxito con esa teoría, que postula la existencia de "fluídos" entre las personas. Mesmer hacía "imposición de manos" e hipnosis.

"Ser un chusma"
Ir con cuentos, sembrar rumores. Chusma es una palabra pampa. En la tribu, la "chusma" estaba integrada por los no combatientes: mujeres, niños y enfermos. Ante los soldados blancos, hablaban en voz baja. Despectivamente, se asoció chusma con chisme. Los conservadores hablaban en 1916 de "la chusma radical".

"No dejar títere con cabeza"
Criticar con saña, pero también se entiende en referencia a alguien capaz de muchas conquistas amorosas. En el origen está una escena de "Don Quijote de la Mancha" escrito por Miguel de Cervantes. Mientras ve una representación teatral con títeres, Don Quijote pasa de espectador a actor y decide defender a la protagonista —una princesa de madera y trapo— descabezando a todos los otros muñecos.

"Quedar para vestir santos"
Quedarse soltera sin desearlo. Hace más de cien años, las mujeres jóvenes que iban a rezar en las iglesias tenían por costumbre, también, ayudar en el arreglo de los altares de los santos. Se le rezaba mucho a San Antonio pidiéndole un marido o al menos, un novio. Se hacía además una ofrenda, cambiando un alfiler nuevo por otro bautizado con agua bendita.

"En Pampa y la vía"
Quedarse sin plata, sin ningún recurso, ser víctima de un desastre económico. La metáfora viene del lunfardo, según los entendidos. Otros la relacionan también con figuras como "estar en la lona" o "estar en la vía". En el barrio donde se tocan la avenida La Pampa y las vías ferroviarias está el hipódromo. ¿Quién no recuerda aquello de "maldito seas Palermo, me tenés seco y enfermo"?. Los apostadores que jugaban su suerte a los caballos y lo perdían todo, acostumbraban a irse en un ómnibus que salía precisamente "de Pampa y la vía".

"No querer más Lola"
Esta frase es "made in Argentina". Lola era el nombre de una galleta sin aditivos que a principios del siglo XX integraba la dieta de hospital. Por eso, cuando alguien moría, se decía: "Este no quiere más Lola". Y, desde entonces, se aplica a quien no quiere seguir intentando lo imposible.

"A Seguro se lo llevaron preso"

Viene de Jaén, España, donde los delincuentes eran recluídos en el Castillo de Segura de la Sierra. Originalmente se decía "a (la prisión de) Segura se lo llevaron preso", que advertía de no robar, para no terminar en Segura. Al cruzar el océano la frase cambió de genero y se popularizó como "a Seguro se lo llevaron preso". Hoy significa que nadie está libre de alguna contingencia, que no se puede estar seguro de nada.

"Hasta que las velas no ardan"

Esta frase se originó en los prostíbulos, en épocas en que no existía la luz eléctrica y los relojes eran objetos de lujo. La madama le entregaba al cliente una o varias velas, según lo pagado. Cuando se consumían, el turno había concluído, esto es, había sexo "hasta que las velas no ardan".

"Poner los cuernos"

Del derecho de pernada que le asistía al señor feudal en la Edad Media, derivó lo de " poner los cuernos" Los señores feudales de las comarcas podían, por su condición de tal, seleccionar a las mujeres con las que deseaban intimar. Cuando esto ocurría, la puerta de la casa donde se encontraba el gobernador con la mujer elegida, era adornada con cuernos del ciervo, en señal de su presencia. El caballero colgaba en la puerta una ornamenta de ciervo para advertir que nadie entrara so pena de ser decapitado. Si la mujer estaba casada, su marido mostraba felizmente a sus vecinos el adorno, orgulloso por la visita del gobernador a su humilde morada, llamaba orgulloso a sus vecinos para mostrar que su señor le había puesto los cuernos. Y así surgió la popular expresión: "Te pusieron los cuernos" o "Eres un cornudo". Sólo que hoy en día genera de todo, menos orgullo.

"A cada chancho le toca su San Martín"
Alude al 11 de noviembre, día de San Martín de Tours, patrono de Buenos Aires, que se celebra comiendo lechón. Significa que a todos les llega en algún momento la compensación por sus buenos o malos actos.

"A ojo de buen Cubero"
Esta expresión se emplea normalmente para decir que una cosa está hecha sin medida. Antiguamente, en los diferentes reinos existía una total falta de reglamentación a propósito de los sistemas de medidas. La frase hace referencia a las medidas de capacidad de las cubas destinadas a contener agua, vino u otro líquido. Las cubas eran fabricadas una a una por el cubero, y su capacidad venía determinada por el reino en el que tuviera montado el negocio e incluso por las diferentes normativas de medidas dictadas por los señores feudales.
"Gato por liebre"
Si hay algo que ha mantenido la tradición con el paso de los siglos, es, sin duda, la mala fama de las posadas, hosterías y fondas, respecto de la calidad de sus comidas. La literatura universal está llena de alusiones, muchas de ellas irónicas, acerca del valor de los alimentos ofrecidos en ellas. Y era tanto el descrédito de estos lugares, que llegó a hacerse usual entre los comensales la práctica de un conjuro, previo a la degustación, en el que aquellos, parados frente a la carne recién asada, recitaban: “Si eres cabrito, manténte frito; si eres gato, salta al plato”. Por supuesto, este “exorcismo” nunca sirvió para demostrar la veracidad de la fama de la posada, pero dio origen a la expresión dar gato por liebre, que con el tiempo se incorporó al lenguaje popular como equivalente de engaño malicioso por el que se da alguna cosa de inferior calidad, bajo la apariencia de legitimidad.

"Ni chicha ni limonada"
Equivale a decir no valer o no servir para nada. Además, esta expresión se usa en el sentido de no ser una cosa ni la otra. La chicha, según el diccionario, es la voz que, desde antiguo se emplea en el lenguaje infantil para designar la carne comestible. Pero chicha también es una bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada. De este licor, muy común en los países de centroamérica y sudamérica, nace el dicho “ni chicha ni limonada”, es decir, que no hay o no quedan ni bebidas alcohólicas ni refrescantes.

"Poner en tela de juicio"
En el antiguo Derecho Procesal, poner en tela de juicios significaba que un caso estaba pendiente de averiguaciones previas para formar un asunto o resolverlo. En la expresión, la voz latina “tela” que significaba barrera, se usa con el significado de palestra, lugar cerrado para celebrar en él debates o discusiones. Dicho esto, la expresión “poner en tela de juicio”, se dice cuando tenemos dudas acerca de la certeza, legalidad o éxito de una cosa




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