miércoles, 4 de mayo de 2011

ITALIA - BASÍLICA SANTA MARÍA LA MAYOR

La basílica de Santa Maria La Mayor, también conocida como Basílica de Santa Maria della Liberia (en homenaje al nombre del fundador tradicional, el Papa Liberio), es una de las cuatro basílicas patriarcales de Roma.
Situada en la cima de la colina del Esquilino es la única que conserva su estructura original de los primeros cristianos, aunque enriquecida por sucesivas adiciones. Fue construida por el Papa Sixto III, entre 432 y 440 y dedicada al culto de la Virgen, el dogma de la maternidad divina, que acababa de ser publicada por el Concilio de Éfeso (431). Se construyó sobre una iglesia anterior, que en una tradición generalizada, la Virgen se le había aparecido para inspirar en un sueño al Papa Liberio y al patricio Juan en lo que se supone un lugar ideal para que se produjera un milagro. Así, cuando la mañana del 5 de agosto, una nevada inusual emblanqueció el monte Esquilino, el Papa Liberio trazó en la nieve el perímetro de la nueva basílica, construida entonces mediante la financiación de Juan. De todos modos los 5 de agosto de cada año, en la memoria de Nuestra Señora de las Nieves, se festeja la evocación del “milagro de la nieve”, durante una sugestiva celebración se hace caer desde el techo una cascada de pétalos blancos.

Dentro de una de las obras más importantes que contiene está el espléndido mosaico con las historias del Antiguo y Nuevo Testamento, que data del siglo V, poco después del Concilio de Efeso, que demuestran las características estilísticas del arte antiguo tardío: las sombras, los degradados, con secciones de color gradual, la representación realista del espacio y del volumen, etc. Los mosaicos bizantinos muestran escenas de los Evangelios apócrifos sobre la infancia de Cristo. El crucero se añadió en la Edad Media. En el siglo XIV, durante el pontificado de Nicolás IV (siglo XIII tardío), también se reconstruyó el mosaico del ábside, la Coronación de María, de Jacopo Torriti. De la misma época son los mosaicos de la fachada, obra de Filippo Rusuti. Entre las obras añadidas a lo largo de los siglos pueden ser listadas la capilla de la Natividad de Arnolfo di Cambio (destruida), del siglo XIV, y la capilla Sforza, obra de Miguel Ángel. A finales del siglo XVI, Sixto V ordenó la ejecución de un ciclo de frescos en las paredes de las ventanas. El exterior del ábside, frente a Piazza del Esquilino, es obra de Carlo Rinaldi.

FUENTE: www.exploraroma.com

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