Hablaremos de José Maria Llanes, más conocido como "Cabeza Colorada".
Nació en las cercanías del barrio Observatorio (zona que también es conocida como el "Abrojal"), el día 4 de diciembre de 1890. En consecuencia era "abrojalero" de nacimiento.
Su cara enorme y encendida, estaba llena de pocitos de viruela o pecas como herrumbradas, que terminaban hacia arriba en una abundante y pelirroja cabellera. Una mezcla de azafrán paja brava (motivo de color, que algunos aseguraban que por ser hijo natural de padre desconocido; era el testimonio más real para justificar que su progenitor debió ser alguno del personal extranjero contratado para el Observatorio Nacional).
Pero el verdadero aval de este personaje era su condición de cantor, que amenizaba con sus canciones cafetines, casamientos, agasajos, velorios, etc.
Además su figura inconfundible, era la culpable de tantos sucedidos y cuentos que pasaron a través de los años a constituirse en parte de la historia popular de la Córdoba que se nos fue.
La mayor parte de su actuación artística la realizo, sin dudas, en el barrio "Barrio Orillero" (en parrillas, bares y confiterías de ese sector), incluso vivió por largo tiempo en la calle "12 de Octubre" (entre las calles Rivera Indarte y San Martín).
Al respecto, contaremos una anécdota, que se le endilgó hace muchos años a Cabeza Colorada, como protagonista.
Dicen que en la vieja Asistencia Pública de Córdoba (una especie de hospital de para personas de bajos recursos económicos), que estaba ubicada en la Calle Ancha 522 (entiéndase General Paz 522), se hallaba internado un amigo de nuestro personaje. Cuando se enteró "Cabeza Colorada" de lo que ocurría, se fue a la misma, para saludarle y acaso ayudarle dentro de sus posibilidades.
Al entrar a la Asistencia Pública, se encontró con los famosos enfermeros, los Hermanos Ferreira (más conocidos como los “Doctores Ferreira”, por haber intervenido en tantas “composturas anatómicas”, producidas en la mayorías de las veces por duelos y pendencias ocurridos en el Bajo), quienes le interiorizaron de la gravedad del estado en que se encontraba su amigo.
Muy compungido "Cabeza Colorada", en puntas de pies, se arrimó sigilosamente al lecho de su amigo y este al reconocerlo, no pudo menos que largarse a llorar y a preguntarle que por favor le dijera qué le habían hecho en su cuerpo, pues los médicos no le querían confesar nada sobre el particular situación.
Después de un largo rato, "Cabeza Colorada" fue convencido por las súplicas del amigo y fue entonces que creyendo hacerle un bien al enfermo, le dijo:
>Mirá, tengo dos cosas para decirte, pero una es mala y la otra es buena. ¿Cuál de las dos quieres que te cuente primero?
Desesperado el paciente, con suspiros muy profundos, le pidió por favor que empezara por la “cosa mala”, tal vez para reponerse sin duda con “la buena”.
>Bueno, respondió Cabeza Colorada y al instante se despachó con la respuesta en esta forma:
>… mirá a vos te han cortado los dos pies – no terminó de hablar el cantor, cuando el enfermo empezó a llorar inconsolablemente, y Cabeza Colorada para calmarlo le dijo:
>Pero no te aflijas hermano, porque ahora viene “la buena”.
>Rápido, rápido …le pidió el amigo.
Y entonces se escucho la voz del cantor que le decía:
>Mirá aquel tipo que está en la puerta... ...ponete contento…, te quiere comprar los zapatos!!!
Verdades o mentiras fueron cosas de la Córdoba Vieja.
Así José Maria Llanes o Cabeza Colorada, fue sin dudas, el personaje que mayor cantidad de anécdotas le endilgaron o protagonizó. Y esta “fama” la llevó hasta después de su fallecimiento.
A propósito de ello comentaremos lo que expresara un viejo vecino orillero, que asistió a la inhumación de los restos mortales de Cabeza Colorada, efectuada en el Cementerio San Vicente.
Decía el informante que solamente estuvieron en el entierro: su mujer, el “zurdo” Vicente, el Sub Comisario de aquella seccional y otras pocas personas que por su número, podrían haberse contado con los dedos de las manos, como si su recuerdo, se hubiese esfumado de las mentes de los cordobeses.
En esa oportunidad, fue cuando se desfondo el cajón “del finadito”, que pesaba abultados kilos (alrededor de 160 kilos).
FUENTE:www.cordobaargentina.com.ar
El "Cabeza Colorada"
¿Alguien lo habrá llamado José María Llanés?
Existió un cordobés que hizo reír hasta después de muerto: hablo cuando se desfondó su ataúd en pleno velatorio y al suelo fue a parar su humanidad de más de 140 kilogramos.
El Cabeza Colorada, nació en cercanías del barrio Observatorio, o como muchos aún los llamamos: El Abrojal. Nació el 4 de diciembre diciembre de 1890.
"Abrojalero" de nacimiento, tenía en la cara redonda y grandota como "pecas herrumbradas" (resabios de una viruela)
Como cantor de ley, amenizaba todo tipo de fiesta: casamientos, cumpleaños y hasta velorios. Imagínense la cantidad numerosísima de anécdotas que se le han endilgado al Cabeza Colorada.
(Y todo él contribuía a su fama: si pesaba 140, 150 o 160 kilos, que era "hijo natural", que su padre era un astrónomo del Observatorio…..)
Aunque también es cierto que él "siempre estaba en los lugares donde se abría la llaga de soledad….."
Tan buen cantor y guitarrero como poco agraciado, porque además de las pecas, el pelo rojo y motoso (algo bastante raro de ver) tenía, para completar el goyesco retrato, una buena verruga justito en la punta de la nariz, este hombre estaba protegido (como dice el escritor Sergio Avedano) por su fama de firme transeúnte y conocedor de la Córdoba orillera.
¿Por qué lo consideramos un "personaje" cordobés?
- Porque se dijo que El Cabeza Colorada, cuando actuaba en el "As de Copas", en la Seccional Segunda, se dormía un instante sobre su guitarra y después arrancaba de nuevo. Y la muchachada le perdonaba todo al Cabeza.
- Porque fue el primero en llevar al público que asistía a los boliches, los cuentos cordobeses.
- Porque fue el primero en reírse de sí mismo: Cuenta Avedano lo siguiente: "Un día salí del "As de Copas" y estaba un mateo parado, le digo al cochero: ¿me lleva? El hombre me mira, observa mi pelo parado como si ardiera, mira mis kilos de más y me dice: Te llevo, pero subí rápido antes que el caballo te vea."
El Cabeza Y Gardel
Cuando Gardel venía a Córdoba, paraba en el lujoso y ya desaparecido Bristol Hotel (que estaba en calles 9 de Julio y Rivera Indarte), y después de actuar en el centro de la "docta", se trasladaba en tranvía hasta El Abrojal, a la mismísima casa del Cabeza Colorada, donde lo esperaba junto con Ciriaco y otros artistas y personajes de localía cordobesa, un jugoso y bien "regado" asado (tan criollo como "El Zorzal") para compartir entre los amigos.
Suponemos, que Carlos Gardel no llegaba a El Abrojal vestido de smoking, precisamente…
Muchos cordobeses recuerdan esta anécdota: en una ocasión "El Cabeza" cantó en presencia de Gardel, y al finalizar su actuación, "El Zorzal" lo felicitó por la forma de interpretar el tango, a lo que "El Cabeza Colorada" respondió: "Gracias don Carlos, usted tampoco desentona."
FUENTE: www.nosotros loscordobeses.com.ar
CARICATURA: José Hernández
1 comentario:
me parece buenísimo y muy de nuestro folclore cordobez, espero que sigas con artículos de los varios personajes que típicos de estos lugares.
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