domingo, 17 de enero de 2010

EL VAMPIRISMO Y LA MEDICINA 5 - PSIQUIATRÍA

Finalmente deberíamos destacar un origen etiológico del mito. Hablamos de las enfermedades mentales.
Ya hemos hablado de las crisis neuropsiquiátricas que pueden aparecer tanto en la rabia como en la porfiria, pero en este apartado nos ceñiremos específicamente a la
patología psiquiátrica .

El Vampirismo es una enfermedad mental caracterizada por la excitación sexual asociada con una necesidad compulsiva de ver, sentir o ingerir la sangre existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro.
Es un tipo de
parafilia poco común. Algunos autores la consideran una variación de la necrofilia. También consideran que es una forma de sadismo ya que estos individuos chupan la sangre de las heridas que ocasionan a sus víctimas en su arrebato sexual.

También se la puede incluir como un tipo de
Fetichismo sexual pues consiste en la excitación erótica o la facilitación y el logro del orgasmo a través de una sustancia o parte del cuerpo en particular, es decir de la sangre como fetiche.

Muchos pacientes con este trastorno han sido diagnosticados por psiquiatras o psicólogos como
psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han propuesto que se definan estos casos como parte de una enfermedad particular con signos, síntomas y patogenia propios que han denominado como Síndrome de Renfield.

Algunos pacientes niegan el carácter erótico o la connotación sexual de la experiencia de ingerir sangre, atribuyendo, en forma delirante, su conducta a la necesidad de mantenerse vitales y activos únicamente a partir de la sangre, rasgo que algunos psiquiatras señalan como síntoma de esquizofrenia de tipo residual o de tipo indiferenciado.

En ciertos casos de vampirismo grupal no violento, con donadores pasivos voluntarios, el diagnóstico más adecuado sería el de
sadomasoquismo


Se debe distinguir de comportamientos sociopáticos y rituales sangrientos que caracterizan a algunas sectas religiosas, como por ejemplo los seguidores de la diosa Kali en la India.

Es de destacar que la psiquiatría se ha interesado por estos casos de conducta anormal donde hay una necesidad compulsiva de sentir o ingerir la sangre, existiendo o no el autoengaño creencial de ser un vampiro. Muchos han sido diagnosticados como psicóticos o esquizofrénicos, aunque otros han definido su enfermedad como lo que podría encuadrarse en el llamado "vampirismo clínico" y que se ha intentado renombrar como Síndrome de Rensfield, en referencia al personaje enfermo mental y siervo de Drácula que aparece en la obra de Stoker, un comedor compulsivo de moscas y arañas cuyo fin era el de absorberles su fuerza vital.

Pese a que este síndrome no está establecido ni aceptado completamente por el mundo médico, el psicólogo Richard Noll, en su libro "Bizarre Diseases of the Mind" (1990), dice que suele producirse con mayor frecuencia en los varones, e intenta establecer una serie de fases en su desarrollo:

1) Infancia: el primer estadío suele producirse durante la infancia, cuando el niño se ve involucrado en un incidente sangriento en el que descubre la excitación de la sangre;

2) Autovampirismo: donde descubre el placer que le provoca la visión o el sabor de su propia sangre;

3) Zoofagia: donde pasan a probar la sangre de animales, siendo especialmente atraídos por los denominados animales de compañía; y

4) Vampirismo clínico: es el estado más avanzado del síndrome, en el que pasa a ingerir voluntariamente la sangre de otros seres humanos mordiendo a las víctimas por placer, lo que les proporciona una enorme satisfacción hasta llegar al éxtasis, ya que el sabor de la sangre actúa para ellos como si fuera una droga.

No hay comentarios: