domingo, 17 de enero de 2010

EL VAMPIRO: ¿MITO O REALIDAD?

Si dejamos a un lado al quiróptero hematófago y nos dedicamos al vampiro como muerto viviente bebedor de sangre, veremos que ya era conocido en las leyendas de algunos países, siendo posible encontrar relatos en Inglaterra y Dinamarca durante el siglo XII que nos hablan de seres parecidos. Con el tiempo, y especialmente gracias a las novedades que aportaba el llamado Siglo de las Luces donde se vive el triunfo de la razón y el desprestigio de las supersticiones, fueron poco a poco desapareciendo. Pero años más tarde surgió una de las personas que más hizo para avivar estas creencias en el vampirismo, aunque la idea inicial era refutar su existencia, el padre benedictino Dom Agustín Calmet (1672-1757), que vulgarizó en el siglo XVIII las leyendas y fábulas de centroeuropa sobre los vampiros exponiendo en su obra "Tratado sobre los vampiros" (1746) las historias de estos seres en tierras de Austria, Hungría, Polonia, Serbia, Moravia, Silesia y Prusia, aunque también anotó casos de lugares tan distantes como Perú, Laponia o Inglaterra.
La ola de superstición desatada por este hombre hizo que surgieran obras como "Los vampiros a la luz de la medicina" (1749) de Próspero Lambertini (que llegaría al papado con el nombre de Benedicto XIV y desde donde siguió luchando contra las falsas creencias) o el "Informe médico sobre los vampiros" (1755) de Gerald van Swieten, médico y archidiácono de María Teresa de Austria, donde tras criticar el vampirismo y considerar poco frecuente aunque dentro de la normalidad los casos de incorruptibilidad de los muertos, desacreditaba a médicos y comisarios pues en muchas ocasiones y siguiendo sus indicaciones se realizaban sacrilegios, poniendo en entredicho el buen nombre del finado, violando tumbas y ultrajando cadáveres. Pese a todo, obras que nacieron a su sombra y en contra del vampirismo como la "Dissertatione sopra i vampiri" (1774) del arzobispo de Florencia Guiseppe Davanzati, sólo consiguieron incrementar aún más la creencia en ellos.

No hay comentarios: