Tan bizarro como peligroso, crece entre los jóvenes británicos el culto al vampirismo.
Sus fans se multiplican, igual que los negocios dedicados a satisfacer sus gustos y las páginas de Internet sobre el fenómeno. Vinculada a varios asesinatos ritualistas, la tendencia empieza a preocupar...
Allan Menzies puso la sangre que le salía del cuello a su víctima en una taza pequeña, la levantó y la llevó hasta sus labios. Convencido de que estaba a punto de volverse inmortal, el asesino, de 22 años, intentaba cumplir un sueño tan loco como descabellado: convertirse en un vampiro. El escalofriante asesinato de Thomas McKendrick, llevado a cabo en un pequeño pueblo escocés, fue brutal y ritualista. Lo sacrificó para saciar su sed de sangre y su obsesión por lo oculto. Sin embargo, en Gran Bretaña, ambos deseos ya no son tan particulares ni tan aislados: el vampirismo es un culto que crece rápidamente entre los jóvenes y sus filas aumentan a pasos agigantados.
Hay una gran variedad de películas y revistas sobre vampiros y hasta negocios especializados dedicados a satisfacer los gustos de aquellos que fantasean con convertirse en Drácula. En muchas ciudades de Gran Bretaña, hay sociedades de vampiros que se reúnen semanalmente para representar escenas de sus películas favoritas. Películas como “Underworld”, con Kate Beckinsale en el papel de una vampiresa guerrera, fue un éxito de taquilla. Y, en sintonía con el fenómeno, hace unos meses, el estudio de cine de terror Hammer Films volvió a producir por primera vez en los últimos treinta años.
Mientras tanto, ya surgieron miles de sitios de Internet en los que los vampiristas pueden intercambiar material y chatear sobre cuestiones ocultas. La doctora Glenice Byron, de la Stirling University de Gran Bretaña, dicta el único curso de post grado de la isla en “Imaginación gótica”. Y dice: “No creo que el público general sea consciente del grado de penetración que tiene el vampirismo en nuestra cultura”.
FUENTE: www.sitiosargentina.com.ar
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