domingo, 17 de enero de 2010

PERSONAJES RELACIONADOS AL VAMPIRISMO


La historia nos ha dejado una serie de personajes a los que se le ha atribuido una atracción patológica por la sangre humana, personajes reales cuyas actividades inspiraron la figura del vampiro mítico en el folclore contemporáneo, sobre todo el alimentado por la imaginación de novelistas.

Vlad Draculea

También conocido como Vlad III o Vlad Tepes, es un noble héroe nacional rumano que en el siglo XV luchó contra la invasión de los otomanos, famoso por la fiereza y crueldad de sus métodos y es el personaje que inspiró la novela "Drácula" de Bram Stoker.
Draculea significa hijo de Dracul que a su vez significa el dragón y que era un título del voivoda (príncipe) valaquio -la idea de que era transilvano es aportación de Bram Stoker- Vlad II Dracul, caballero de la Orden del Dragón, y padre de Vlad III, que es apodado Tepes ("Empalador" en rumano) por su método más famoso para escarmentar a su enemigos. Debido a su capacidad para expulsar a los turcos de Valaquia, por lo cual vivió en constante estado de guerra durante 1431 y 1476, y liberar la comarca de la delincuencia, se le considera un héroe nacional en Rumania y el salvador de Europa pues Valaquia junto con la vecina Transilvania, constituyen la puerta meridional de Europa que todo invasor procedente de Asia, tenía que pasar obligatoriamente si intentaba conquistar por el sur las fértiles llanuras del continente europeo. Michel Beheim, juglar germánico, súbdito del rey húngaro Matías Corvino, en cuya corte se refugió Vlad cuando tuvo que huir de su natal Valaquia, compuso en 1463 una canción con el título Von ainem wutrich der hies Trakle waida von der Walachei donde relataba la historia de Vlad Draculea.
La leyenda siniestra de Draculea, pudo surgir como mínimo desde 1460, cuando sus enemigos en el exterior y en el interior estaban convencidos de que Vlad disponía de poderes necrománticos, pues sólo así podía explicarse sus victorias militares. Pero en el siglo XX su figura ha tratado de ser reinvindicada.

Condesa Elizabeth Báthory

Llamada "La Condesa Sangrienta", este personaje vivió entre los siglos XVI y XVII e inspiró a Sheridan Le Fanu para crear en 1872 a la protagonista de su famosa narración Carmilla.

Elizabeth, perteneciente a la alta aristocracia húngara y famosa en su época en Europa por su belleza, fue acusada de secuestrar en su castillo de Cachtice (en la actual Eslovaquia), a numerosas jóvenes doncellas vírgenes, nobles y campesinas, a quienes torturaba y desangraba hasta la muerte para obtener así sangre que usaba en sus baños y bebía (aunque esto último no se comprobara en el proceso), como parte de prácticas de magia negra en que era asistida por un séquito de brujas, bajo la creencia de que así se conservaría bella y lozana. Después de un corto proceso, ordenado e impulsado por el emperador Matias II y el palatinado, que finalizó el 7 de enero de 1611, mientras sus cómplices fueron torturadas y condenadas a pena de muerte en la hoguera, a Elizabeth por su condición aristocrática y la importancia política de su estirpe solo la condenaron a vivir emparedada en sus aposentos que fueron sellados para siempre y en los cuales uno de sus carceleros la encontró muerta en agosto de 1614.
En la actualidad se cuestiona la verdadera magnitud de sus crímenes, así como la validez o exactitud de las acusaciones y el carácter político de su proceso, cuyos archivos se conservan aún y son la fuente primaria de lo que se ha escrito sobre ella; pero en todo caso la condesa Báthory es una referencia ineludible en los estudios sobre el mito europeo del vampiro pues su historia se entremezcla con las leyendas relacionadas con el mismo.



Henry Fitzroy

El personaje real fue el conde de Nottingham y duque de Richmond y Somerset, un hijo bastardo de Enrique VIII, que murió a los 17 años, posiblemente de tuberculosis y aunque su muerte no está esclarecida y no hay referencias históricas a actividades criminales o a vampirismo, inspiró a la escritora Tanya Huff el personaje del mismo nombre, un vampiro "bueno" que escribe novelas y se convierte en detective, como protagonista de La saga de la sangre (Blood Ties), novelas convertidas en serie de televisión.









Gilles de Rais

Este aristócrata francés del siglo XV, que luchó en los años finales de la Guerra de los Cien Años junto a Juana de Arco, buscando en la sangre el secreto de la piedra filosofal torturó y dio muerte a unos 300 niños durante 8 años hasta que en el año 1440 fue capturado, procesado y ejecutado.
















Peter Kürten

Este alemán, más conocido como "El Vampiro de Düsseldorf", inició sus actividades muy joven, torturando y matando a animales. A los cinco años intentó ahogar a un compañero mientras jugaban en una embarcación y a los nueve años preparó un accidente en el que murieron dos muchachos. Pese a sus maneras apacibles y su aspecto imperturbable y pese a ser considerado por sus vecinos como una persona seria, honesta y amable, fue condenado por diversos delitos como robo, asalto o deserción de sus obligaciones militares. Su primer homicidio, una niña de ocho años, tuvo lugar en 1913, y al final de su vida fue acusado de nueve asesinatos y siete intentos de asesinato. Murió sin arrepentirse de sus actos y sin sufrir remordimientos por ellos. Su pasión por la sangre le hizo decir antes de ser guillotinado: "Después de que me decapiten, podré oír por un momento el sonido de mi propia sangre al correr por mi cuello. Ese será el placer para terminar con todos los placeres". Esta historia fue llevada al cine como "M, el vampiro de Düsseldorf" de Fritz Lang (1931), donde Peter Lorre hacía una magnífica interpretación del asesino.


Fritz Haarmann

Apodado el "El Vampiro de Hannover" este alemán asesinó a principios del siglo XX a por lo menos 27 varones adolescentes, a los cuales confesó luego haber seccionado la carótida con un mordisco, antes de ser descubierto en 1925 cuando fue juzgado y ejecutado mediante decapitación.









Bela Kisz

Inició sus actividades en 1912 a raíz de la infidelidad de su joven esposa. Este húngaro fue descubierto cuando se fue a la guerra y dos años después, en 1916 cuando no volvió, se le supuso muerto. Al entrar las autoridades en sus propiedades descubrieron dos barriles metálicos con los cuerpos de su mujer y su vecina. Posteriormente, encontraron otros diecisiete barriles más con otras tantas mujeres en su interior que habían sido estranguladas; además, presentaban unas heridas en el cuello y no se halló ni una gota de sangre en sus cuerpos. Bela Kisz nunca fue encontrado, y se le consideró un desaparecido de la guerra aunque existe la sospecha que desertó de las filas y luego se alistó en la Legión Extranjera o emigró a América.

Diversos asesinos, particularmente los asesinos en serie, han sido descritos como vampiros por sus acciones criminales explicadas así partir de una atracción por la sangre, aunque en el caso de algunos de ellos es difícil clasificarlos dada la diversidad de sus acciones perversas y posiblemente los móviles o causas fueron primordialmente otro tipo de trastornos mentales y la codicia.
Se puede citar a Enriqueta Martí, proxeneta de pedófilos y bruja, que en la Barcelona de principios del siglo XX fue procesada por secuestró y asesinato de niños para extraerles la grasa y la sangre, con el fin de elaborar menjurjes que vendía con éxito, supuestamente para curar la tuberculosis. También se debe mencionar a Martin Dumollard, quien mató a varias mujeres en Francia en 1861 para robar sus pertenencias; posiblemente las violó pero en el proceso no hubo mención ni suposición de que bebiera su sangre. En Francia en 1871 la policía capturó al empleado de una carnicería llamado Eusebius Pieygdagnelle quien confesó el asesinato de siete personas impulsado por su obsesión por la sangre.

Otros muchos asesinos han sido definidos como vampiros por su atracción por la sangre. Brevemente podríamos citar a Martin Dumollard que mató a varias mujeres en Francia en 1861 y se bebió su sangre. También en Francia en 1878 Joseph Vacher, que mató a varias personas a lo largo del país, cometiendo actos de canibalismo y necrofilia. Dicen que se bebió la sangre de una docena de sus víctimas, pero no hay certeza de que practicara específicamente el vampirismo.
En Italia Vincenzo Verzenia asesinó a dos mujeres para beber su sangre y Eusebius Pleydagnelle mató a seis mujeres por el mismo motivo. En Polonia Stanislav Modziellewski y Juan Koltrun (1892), el llamado "Vampiro de Podlaski", obtuvieron fama porque bebieron la sangre de sus víctimas. El argentino Florencio Roque Fernandez. En la década de los 70 fueron descubiertos el milanés Rantao Antonio Cirillo y Richard Trenton Chase, "El Vampiro de Sacramento", que según dijo necesitaba beber sangre para renovar la suya. La californiana Deborah Finch en 1992 que confesó haber ingerido la sangre de su víctima al cual apuñalo en el cuello tras un supuesto pacto suicida. John Brennan Crutchley ingeniero informático de 39 años, sospechoso de ser autor de varios asesinatos sangrientos sin resolver, fue atrapado en 1985 cuando su última victima a la que mantenía prisionera para poder beber su sangre poco a poco, logró escapar después de ser torturada y desangrada.
Marcello de Andrade que mató en 1991 a 14 jóvenes en Río de Janeiro para rejuvenecerse con su sangre. Tenemos a Magdalena Solís, una mujer mexicana que desarrolló una psicosis teológica al creerse una diosa y organizó un culto pseudoreligioso y orgiástico con sacrificios humanos que terminaban bebiéndose la sangre de sus víctimas. James Riva, que fascinado por los vampiros desde los 13 años, bajo la convicción de ser un vampiro de 700 años,mató a su abuela en 1980 para beber su sangre como método defensivo, pues creía que era una vampira que se alimentaba de él mientras dormía...


Por desgracia la lista es larga y podríamos continuar con el famoso Fiedrich Haarman "El Vampiro de Hannover" y seguir con Wayne Boden "El Vampiro Violador", Nicolas Claux "El Vampiro de París", etc... así como otros que han sido apodados vulgarmente por la gente o mayormente por los medios de comunicación como "vampiros" o "dráculas"...

Han existido también fraudes vampíricos en los asesinos en serie; el ejemplo más llamativo es el de John George Haigh, apodado como "El Vampiro de Londres", que utilizó la imagen del vampiro para crear el terror en la mente de las personas y, pese a que no se encontraron evidencias de que bebiera la sangre de sus víctimas ni de que actuara bajo ningún tipo de compulsión por ella, alegó el vampirismo para que le declararan incapacitado mental cuando lo arrestaron en 1949.

Allan Menzies

No debemos olvidarnos de destacar a un "vampiro" que surgió recientemente influenciado de forma directa por el cine. Hablamos de Allan Menzies, un joven escocés de 22 años adicto al cine y que se obsesionó con la película "Queen of the Dammed" ("La Reina de los Condenados") de Michael Rymer (2002), basada en la novela homónima de Anne Rice. Según declaró posteriormente a su detención tras matar a Thomas McKendrick (un amigo de 21 años que le facilitó la película por primera vez), vio la película más de cien veces durante ese mes y al final hizo un pacto con Akasha, la vampiresa interpretada por la fallecida cantante estadounidense Aaliyah, para que le convirtiera en inmortal si mataba a alguien. Cuando un día su amigo se burló e hizo comentarios sexuales sobre la actriz, Allan se abalanzó sobre él, le asestó 42 puñaladas y le destrozó la cabeza con más de 10 martillazos; finalmente se bebió su sangre y se comió parte de su cerebro. Durante el juicio no se mostró arrepentido en ningún momento e insistía en haberse convertido en un vampiro inmortal; el juez dictó sentencia el año 2003 condenándolo a cumplir al menos 18 años en prisión sin posibilidad de salir en libertad condicional, opinando que era "un demonio, violento y altamente peligroso, no apto para estar en libertad". Este individuo apareció muerto en su celda dándose la noticia el 15 de noviembre de 2004. Se cree que se quitó la vida.

FUENTE: http://es.wikipedia.org
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